Este artículo tiene el objetivo de hacernos reflexionar sobre un movimiento que ha cogido mucha fuerza en los últimos años: el Body positive.
Antes de empezar, ¿sabes qué es el Body positive? Es un movimiento que empezó con la intención de visibilizar los cuerpos de las mujeres de “talla grande”. Aquí me gustaría hacer un pequeño apunte: ¿por qué de talla grande y no gordas? ¿Seguimos usando y creyendo que el adjetivo “gorda” es algo negativo? Realmente es solo un adjetivo, como delgada, bajita, alta, simplemente se lo ha asociado a un contexto negativo, pero podemos cambiarlo si queremos. Esto es otro tema que podríamos abordar en otro momento. Sigamos con el Body positive.
Sus inicios se encuentran en los 60, con activistas centradas en los derechos de las personas gordas con el objetivo de que sus cuerpos dejasen de ser asociados a problemas de salud. Hasta aquí todo bien. El problema surge cuando vemos que su premisa se basa en la creencia de que “todos los cuerpos son bellos”, queriendo así que las mujeres dejen de percibir sus cuerpos de forma negativa. ¿Por qué esto es un problema si suena tan bien? Vamos a analizar una de las frases de este movimiento para que veáis de qué se trata esto exactamente. La frase es la siguiente: “tus estrías son el reflejo de las olas del mar”. ¿En serio? Pues así con todo, tus cicatrices, tus pecas, tus pelos, tus arrugas. A ver, ¿de verdad pensáis que cada parte del cuerpo es bella?
No me malinterpretéis, el Body positive me parece un movimiento muy necesario y que ha ayudado a mucha gente a aceptar su cuerpo. Aquí viene un pero. PERO creo que debemos avanzar hacia algo mejor.
¿Realmente para aceptar mi cuerpo tengo que pensar que todo lo que tengo es bello? ¿Por qué? ¿Y si no pienso que lo sea? ¿Por qué necesito pensar que mis pelos son bellos? Son pelos, punto final. No son una obra de arte, es vello corporal sin más. No los adoro, pero los acepto. Ahí está la clave. ACEPTAR. Yo acepto que tengo estrías, pero eso no significa que tengan que gustarme. Las acepto porque forman parte de mi cuerpo y por lo tanto de mí, y yo me acepto como soy. Lo que no voy a pensar es que son “como las olas del mar” para compararlas con algo bonito. Dejemos de pensar que todo necesita ser bello y precioso. Si seguimos haciendo esto significa que la belleza sigue siendo lo más importante.
Si necesitamos ver todos los cuerpos bellos para poder aceptarlos, tenemos un problema. Lo que creo que deberíamos hacer es aceptar que hay una gran variedad de cuerpos y que ninguno es superior ni ninguno inferior. Todos son válidos. Hay que normalizar los cuerpos. Solo normalizando nuestras estrías, pelos, cicatrices, curvas, barrigas y lo que quiera que no nos guste de nosotr@s mism@s, podremos empezar a aceptar nuestro cuerpo tal y como es y aceptar las demás variantes corporales.
¿Por qué os hablamos del Body positive? Porque está directamente relacionado con la autoestima y con las emociones. Este movimiento nos dice que tenemos que ser positiv@s y que nos tiene que gustar todo de nosotr@s. Sin embargo, esta afirmación puede ser controvertida, ya que puede causar en la persona mucha confusión emocional, así como provocar que nos prohibamos tener emociones desagradables. ¿Por qué no es malo sentir emociones desagradables (tristeza, rabia, miedo)? Las emociones no son ni positivas ni negativas, sino agradables o desagradables. Es decir, el hecho de sentir tristeza no es algo negativo siempre que la expresión emocional sea coherente con el estímulo que la desencadena. Si existe esa coherencia, entre la situación y la expresión emocional, la vivencia siempre será positiva ya que se trata de una experiencia auténtica. Otra cosa es que esas emociones nos resulten desagradables o placenteras.
Por tanto, teniendo en cuenta esta premisa, no es necesario que vivamos en la positividad y que nos tenga que gustar absolutamente todo de nosotr@s. A mí pueden no gustarme mis estrías al igual que me pueden encantar mis ojos y eso está bien. Otra cosa muy diferente es que yo sienta aversión hacía ellas y que eso me acompleje hasta el punto de no querer ir a la playa para que no me vean en bikini. Eso es otra cosa muy diferente. ¿Pero puedo aceptar que existen y que forman parte de mí? Por supuesto. ¿Puedo asumir que tengo el cuerpo que tengo y que no creo que sea necesario cambiarlo? Claro que sí. ¿Me gusta y adoro absolutamente todo de mi cuerpo? Obviamente no. ¿Eso afecta a mi autoestima? No, porque me quiero y me acepto. No hay más.
Quizás deberíamos pasar del Body positive al Body natural, o cómo queráis llamarlo, pero a algo más sano que nos ayude a dejar atrás el sistema en el que la belleza debe ser el centro.
Si queréis conocer mejor este movimiento y sus implicaciones, os recomiendo que leáis este artículo.